Conducta adaptativa.

Ya hablamos un poco sobre lo que sucede en la mente de la persona al momento de actuar, por lo que podemos pasar a la actuación como tal. Diariamente estamos expuestos a una gran cantidad de estímulos, todos diferentes entre sí. Las respuestas que tenemos ante ellos dependen en parte de lo que son y de la forma en que llegan a nosotros. Al vernos expuestos ante un estímulo, tenemos dos opciones de respuesta: la conducta adaptativa y la respuesta proyectiva.

Digamos que me voy caminando por la calle y un amigo me pregunta qué pienso de este cuadro:

Mi conducta adaptativa diría que es una mujer de frente ante un lobo. Que la mujer es morena y el lobo blanco con gris, que ambos se observan y que detrás de ellos hay paisajes.

Mi respuesta proyectiva, por otro lado, probablemente diría que demuestra nuestra relación con la naturaleza. Que habla de los mundos internos que cada quien tiene y de cómo desde ahí observamos y nos vinculamos con el otro. Habla de un balance y de una unión que muchas veces no necesita palabras, de la conexión que tenemos con todo lo que vive en este lugar que llamamos Tierra. Si yo, sin poner mucha atención a mis palabras, dijera que la mujer se ve sin miedo, como una igual ante el lobo y que ambos entienden la naturaleza de su relación, entraría mi lenguaje proyectivo. Estoy hablando desde mi propia experiencia, la del presente y las del pasado, y es a través de ella que observo y reflejo.

La conducta, por supuesto, varía de persona a persona, y como bien dijeron Abt y Bellak: "el grado de conducta adaptativa varía inversamente al grado de exactitud de la definición del estímulo". Esto quiere decir que nos es más fácil hablar desde nuestras percepciones que de forma objetiva. Esto tiene sentido cuando comprendemos que realmente nunca hablamos de forma objetiva. Podemos decir cosas objetivas, tal como lo hice cuando describí el cuadro, pues tratamos de protegernos de nuestras proyecciones y, por tanto, nos adaptamos (de ahí el nombre de "conducta adaptativa"), sin embargo, no podemos ser objetivos del todo ni en todo momento. Estamos marcados por nuestras experiencias y por nuestro inconsciente, y separarnos del mismo es imposible, por lo que nos es más fácil proyectar lo que tenemos que buscar describir las cosas de manera objetiva ante un estímulo muy exacto. Es como si te pidiera que me expliques exactamente qué sucede en una escena. Me costaría más trabajo decírtelo sin hacer interpretaciones a inventarme una historia sobre la misma escena.

Sé que es un tema un poco difícil para quien nunca lo ha estudiado o reflexionado, por lo que intento hacerlo lo más ameno que puedo. Espero que vayan comprendiendo conmigo y, de no ser así, siéntanse libres de hacer las preguntas que quieran. Por lo pronto los dejo, nos seguiremos leyendo después. Un abrazo.

Fuente: Abt y Bellak (1985) Psicología Proyectiva. Paidos: Psicometría y psicodiagnóstico.