Proyección.

Hoy hablaremos de proyección. La proyección es un concepto de la psicología y, más específicamente, del psicoanálisis que se utiliza con bastante frecuencia y sin mucho cuidado. Es común escuchar un "te estás proyectando", o "se proyectó" en una plática casual. Sin embargo, hay mucho más detrás de este concepto que lo que usualmente se sabe, y es por eso que es el primer concepto que vamos a desarrollar en esta nueva sección del blog.

El término proyección fue introducido por Sigmund Freud (puedes encontrar un poco sobre su biografía aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Sigmund_Freud) por primera vez en su conocida obra "Neurosis de Angustia"(revisado en Abt y Bellak, 1985). La proyección ocurre cuando se tiene un impulso en el interior que no se puede reconocer y contener, por lo que se procede a exteriorizarlo depositándolo en otro. Es decir, atribuyes un impulso, sentimiento o afecto propio a otra persona o al mundo externo.

Ahora bien, ¿qué sucede cuando ya salió? Como era imposible que permaneciera dentro por la incomodidad que producía, en el momento en que sale se deja de reconocer como propio. Resulta más fácil hacer frente a un peligro externo que interno, por lo que la persona lo identifica fácilmente cuando lo ve en otra persona pero no cuando lo tiene dentro suyo. Encontré un diagrama que lo explica de una forma más gráfica.

Por lo mismo, aquí podemos ver cómo la que sale es nuestra parte negada y entonces podemos decir: "es que tal persona es muy tal, hace esto o aquello y no me gusta" sin darnos cuenta de que desde un principio viene de nosotros.

Es importante aquí hacer la aclaración de que la proyección no sólo sucede como una protección ante las cosas negativas. ¿Qué significa esto? Que, en ocasiones, también proyectamos cosas nuestras que son positivas, en el otro. Es por esta razón que nos enamoramos o que hacemos más "click" con una persona en vez de otra.

A lo largo de las entradas iremos profundizando más en el tema, pero por último, y a pesar de que es inconsciente, quiero invitarlos a que pongan atención a las cosas que identifican rápidamente en los otros. Pueden ser cosas que los irriten mucho o, al contrario, que les agraden mucho. Después de hacerlo, con la mente muy abierta reflexionen sobre si ustedes mismos tienen esas características. Si se dan cuenta de ello: felicidades, esas son las proyecciones. Si no logran verlo, pongan más atención porque al final del día todos nos proyectamos en el otro y resulta interesante descubrir cómo. Nos leemos pronto. 

                                                                                                                                    Lucila.

Referencia para la entrada: Abt y Bellak (1985) Psicología Proyectiva. Paidos: Psicometría y psicodiagnóstico.